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OPINIÓN / "Tócate el farolillo en Palma de Mallorca", por Eduardo de la Fuente

Querido lector, si ha llegado hasta aquí en compañía de menores será mejor que los envíe a la cama, a merendar, a jugar, o a yo que sé. Le advierto que pienso dar rienda suelta a mi sucia lengua y a mis no menos pervertidos dedos mientras tecleo el presente artículo de opinión.

Vaya semana informativa, la de cosas que han pasado desde que nos leímos por última vez. Como ya saben —y lo saben porque ha sido una verdadera conmoción en lado zurdo de la Fuerza—, se ha muerto Fidel Castro. El sábado pasado me deleité con los informativos de IB3 Televisión esperando ver mi trabajo. Qué gran decepción. Miren, hará como ocho años dejé preparado un obituario de Fidel Castro, un video editado de seis minutos de duración sin referencias temporales para aprovecharlo el día en que la palmara. Puede parecerles macabro, mas en televisión es algo habitual y todos en la redacción pensábamos que el hombre se iba a ir al otro barrio más pronto que tarde. Pero no, no se emitió. Espero que mi frustrado interés haya servido al menos para elevar la audiencia de la cadena.

Es irónico que el bloqueo americano a Cuba haya tenido, de momento, un penúltimo episodio que me hecho reír un rato. Resulta que los yanquis han impedido que Arnaldo Otegui se sume al postrer homenaje a Castro porque, como está condenado por terrorismo, no le dejan sobrevolar suelo estadounidense. Supongo Donald Trump piensa de Otegui que en lugar de «un hombre de paz» debe de ser «un hombre de mierda». Tengo entendido que al funeral-bodorrio también van los de las CUP, que han oído que con tanto balsero hay mucha casa vacía para okupar. Y nuestro rey emérito Juan Carlos, que además de a elefantes ya ha enterrado a Chávez y a Castro. Si yo fuera Evo Morales andaría acojonado. Mientras, los de Podemos se quejan porque dicen que teníamos que enviar a un ministro. Y lo dicen los que le niegan el minuto de silencio a Rita Barberá. Son los mismos que critican el bloqueo norteamericano a Cuba y que se oponen al tratado de libre comercio con los Estados Unidos.  La esquizofrenia es muy mala. Muchachos, o porros o política, algún día tendréis que elegir.

No piensen que es la única de Podemos. Me he tronchado con la noticia absurda de que en Cádiz, el Kichi —ese magno exponente de la alta cultura— ha montado unos cursos para mujeres desempleadas en los que en lugar de ofrecer formación para obtener curro se les enseña a estimularse el clítoris. Lo de la educación sexual está muy bien, y lo digo sin ironía. Ahora, que a una pobre señora en paro le enseñemos a hacerse pajas... Kichi, somos incultos, pero quien más, quien menos, sabe tocarse los bajos. A mi esto me parece un chiste de mal gusto, algo así como: «ya que no tienes trabajo y estás todo el día en casa tocándote el coño, al menos, tócatelo bien». Joder, Kichi, que les dices que se toquen y que luego compartan la experiencia... Cuidado, que con tanto vicio se te van a quedar ciegas la mitad de gaditanas. Y luego nos parece raro que hace unos días en una subasta de Londres se hayan pagado 3.300 euros por unas bragas de Eva Braun. Son de color crudo, con encaje, iniciales bordadas y están limpias, eso sí, que si llegan a estar babeadas o impregnadas de algún fluido corporal del Führer —qué asco solo de pensarlo—, el valor se hubiera disparado porque hay mucho tarado por ahí dispuesto a clonar a Adolfo como en Los niños del Brasil. Me sale la vena de trovador cuando me pregunto si Eva Braun se tocaba su ario chichi como las paradas del Kichi.

Los podemitas también se han lucido por estos lares. Como no podría ser de otra manera, con los compis del PSIB y de MÉS, y, en esta ocasión, con Josep Melià del PI, que no sabe —como en otras tantas cuestiones— si sube o baja del pino. Resulta que en toda una sesión parlamentaria se han puesto de acuerdo para decir que la ciudad de Palma se llama Palma. Joder, menudos linces. Parece que lo de Palma de Mallorca les chirría a cosa española y que, en consecuencia, debe llamarse Palma a secas. A ver, cenutrios, que si hubierais hecho la mili os darían con un palitroque en la cabeza: Palma es Ciutat para los pueblos de la isla de Mallorca; es Palma, para palmesanos y ciudadanos de Baleares; y es Palma de Mallorca para el resto de españoles y turistas extranjeros que nos visitan. No es tan difícil de entender. Podemos rotular PALMA en las carreteras, pero la lógica estrategia de comunicación de cara al exterior aconseja que la ciudad se conozca como Palma de Mallorca. Así nos conoce todo el mundo y esa es nuestra marca. ¿O acaso en las ferias internacionales de turismo vendemos Eivissa en lugar de Ibiza? Coño, queridos diputados, si es que parece desayunáis rulas de mitsubishi antes de ir al Parlamento. Controlad lo que le echáis a los cereales.

Y ya que estamos en el Parlamento de las Islas Baleares... Maria Salom se ha largado de delegada del Gobierno y al bueno de Miquel Vidal lo han nombrado vicepresidente segundo de la mesa del Parlamento en sustitución de la política inquera. Miquel Vidal —que además es el hombre que lleva la gestora del Partido Popular en Baleares a la espera del congreso regional— no sabe si bostezar, desperezarse o echarse una cabezadita ante tanto estrés. Miquel, hombre, ya sé que no toca, que es pronto, pero ponle un poco de nervio, que el partido se te va al garete, que ha tenido que venir José Ramón Bauzá a echarle un poco de sal y pimienta al asunto. Venga, que esto parece The Walking Dead.

Con todo este cachondeo yo ya no sé si Miquel Vidal se toca el farolillo en Palma de Eva Braun, si el Kichi se ha muerto y le lloran en Cuba, o si las mujeres paradas de Cádiz se han afiliado al PI para que Otegui se las lleve de IMSERSO en un avión de Iberia.

Hostias, no me hagáis esto, que os pagamos el sueldo.

Actualizado: 14 de marzo de 2022 , , , , ,

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