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El rey de la casta

Señor Alberto Jarabo Vicente, secretario general de Podemos Baleares:

Finalmente, y a día de hoy, todo lo que usted intentó que nos creyéramos sobre su propia persona y el movimiento social que parecía que lideraba se ha revelado ante la ciudadanía como un auténtico bluf, una mentira, un espejismo, una engañifa, una trola, una mentira, un auténtico y real engañabobos. ¡Qué lástima!

Tras más de treinta años de régimen constitucional postfranquista, las instituciones españolas flaqueaban y dejaron de ser, por un lado, creíbles y, por otro, útiles. El sistema de alternancia entre el PSOE y el PP se había degradado, la clase política medraba opíparamente a costa de los fondos públicos,  la corrupción campaba por sus respetos en decenas de despachos oficiales, los amigos y parientes de los presidentes, consellers, alcaldes, concejales, diputados y senadores se instalaban perpetuamente en puestos de trabajo de gobiernos, ayuntamientos y empresas públicas, la burocracia ralentizaba hasta la extenuación los trámites administrativos, la Justicia era de todo menos justa, el Rey saltaba de cama en cama entre cacería y cacería… En resumen: vivíamos en un desastre de país.

Y la ciudadanía, asqueada y harta, se lanza a la calle el 15M, ocupa las plazas y grita a sus políticos: “¡Basta ya!”.

En ese momento surge un nuevo partido, de color morado y autodenominado Podemos. Surge la esperanza del cambio desde abajo, desde la ciudadanía, especialmente aventada por determinados medios privados de comunicación social. Y en este movimiento, usted, señor Jarabo, adquiere protagonismo y visibilidad en Baleares.

Pero, ahora, en los últimos estertores del 2016, muy lejos del 15M, tras casi dos años desde las últimas elecciones autonómicas, ¿dónde están las esperanzas de antaño?

Están enterradas bajo la moqueta de su despacho en el Parlament, ocultas por su ‘culo di ferro’ en la cómoda poltrona que calienta cada martes, en las patéticas reuniones-para-nada que celebran usted y los representantes del PSIB y de MÉS cada cierto tiempo para ponerse al día los unos a los otros de cómo evolucionan las cosas en sus respectivos corrales de poder que se han autoadjudicado en este tercer Pacte de Progrés, que va camino, por cierto, de hacernos vitorear al peripatético Francesc Antich cuando recordamos sus dos funestas anteriores experiencias de gobierno.

Señor Jarabo, está usted agazapado tras su escueta guardia de corps, parapetado tras las Camargos y los Sauras, sin querer comparecer en los mismos medios de comunicación que le abrieron la puerta de nuestra sociedad cuando nombrar a Jarabo era nombrar a un desconocido y sin entender –y eso es verdaderamente lo más importante– que la esencia que justifica la existencia de Podemos es, sencillamente, no ser ni como el PP, ni como el PSIB, ni como MÉS, ni como el PI.

Se lo repetimos por si lo ha olvidado: Podemos justifica su existencia en no ser un partido como el PP, el PSIB, MÉS o el PI. Para repetir la tóxica experiencia, nos quedamos como estábamos.

Las inquinas personales que han disparado las vitriólicas reacciones que usted, señor Jarabo, está impulsando contra aquellos compañeros del partido que, simplemente, le piden explicaciones sobre las dudas que les están planteando su trayectoria empresarial personal y sus decisiones políticas unilaterales le convierten en una mala copia de los secretarios generales de los partidos que usted mismo ha denominado reiteradamente ‘de la casta’.

No nos negara que resulta sorprendente que aún a día de hoy una oscura nube de dudas se cierna sobre la empresa de la cual usted era accionista y que está consiguiendo opíparos contratos públicos del ente IB3, controlado directamente por el Govern de Francina Armengol al que usted, por cierto, da su apoyo en el Parlament.

Tampoco nos negará que no deja de ser ampliamente sospechoso que haya lanzado toda su capacidad de destrucción masiva del buen nombre de tres de sus compañeros (Xelo Huertas, Montserrat Seijas y Daniel Bachiller) por haberse ellos opuesto, junto con otros muchos militantes de Podemos, a sus decisiones estrictamente personales en el ámbito de apoyar los presupuestos del Govern de Francina Armengol, precisamente el mismo Govern y la misma Armengol que riegan presuntamente de dinero público su antigua empresa personal.

¡Vaya, qué coincidencias!

Señor Jarabo: se ha convertido usted en casta. Es casta porque no explica ante los medios de comunicación que no le sonríen sus ocurrencias todo lo qué ha pasado acerca de la venta de sus acciones de la empresa en la que usted era copropietario. Es casta porque quiere expulsar del partido a aquellos que no se inclinan ante usted y son críticos con su persona y su gestión. Es casta porque utiliza a sus Camaros y Sauras como parapetos para eludir las preguntas de los periodistas. Es casta porque prefiere, sin luz y sin taquígrafos y con la presidenta Francina Armengol, repartirse el poder en Baleares.

Señor Jarabo: enhorabuena. Ya lo ha conseguido. Ya es usted casta.

Actualizado: 14 de marzo de 2022 , , ,

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