Tras lo acontecido desde que su antecesora, Xelo Huertas, fue acosada, vilipendiada, escarnecida y, finalmente, expulsada del cargo por sus propios compañeros y antaño amigos del alma, lo que le vaya a pasar a usted depende, no se engañe, no de su habilidad o capacidad de ejercer con dignidad y solvencia el cargo, sino de que a alguien de su propio partido no le entre usted por el ojo equivocado y acabe también en el Grupo Mixto.
Será usted, señor Picornell, presidente del Parlament de les Illes Balears, el segundo puesto en el escalafón de la representatividad institucional de nuestra comunidad, tras el de la Presidencia del Govern. Desde allí, se verá sometido día sí y día también al escrutinio de la ciudadanía y de los medios de comunicación. Eso es normal y lógico. La democracia se fundamenta en el constante examen al que los votantes someten a sus políticos.
Pero usted, además, deberá ir con mucho cuidado con otra exigencia que hasta ahora ningún otro presidente del Parlament había tenido que hacer frente: la hoja de ruta, el libro de instrucciones y los diez mandamientos que le han escrito sus compañeros y amigos. Y sin estar usted presente ni poder decir esta boca es mía.
Así es, señor Picornell, esté negro sobre blanco o simplemente en palabras, a usted sus jefes de Podemos, con la inestimable exigencia que han ejercido PSIB y MÉS, le han confeccionado un decálogo del que no podrá separarse ni un ápice, so pena de ser también desalojado del cargo.
Perdone la conclusión, pero debe ser usted poco de fiar cuando se han molestado sus propios amigos-enemigos del tercer Pacte de Progrés de redactar todo un listado de exigencias dirigidas exclusivamente a usted.
Señor Baltasar Picornell, inminente presidente del Parlament: más allá de los numeritos que se monten en el futuro los portavoces de PSIB, MÉS, Podem y la propia presidenta Francina Armengol en este circo de tres pistas en que se ha convertido el Parlament, nosotros creemos y defendemos que toda persona que ha sido elegida por los ciudadanos debe tener el apoyo incuestionable de la ciudadanía, hasta que se demuestre que ya no es merecedor de este respaldo cívico y mediático.
Por ello, señor Picornell, le deseamos lo mejor en su nuevo cargo, confiamos en que usted será capaz de devolver la prestancia que el Parlament no debería haber perdido nunca por las maniobras rastreras de los enemigos de Xelo Huertas y Monse Seijas y que, seguro que sí, ejercerá su responsabilidad institucional con dignidad, eficacia, eficiencia y ecuanimidad.
Estamos completamente seguros de ello.
Enhorabuena y suerte.
