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Carta a Marc Pons / Derrapando y sin frenos

Señor Marc Pons i Pons, conseller de Territori, Energia i Mobilitat del Govern que preside Francina Armengol y sustenta desde el Parlament Alberto Jarabo:

Está usted conduciendo su departamento de forma temeraria, sin percatarse de qué va derrapando en las curvas, cuesta abajo, sin frenos y de cabeza directamente a provocar el mayor conflicto social y turístico vivido en Mallorca en los últimos tiempos. Sin que nadie se lo haya pedido, acaba de sacarse de la manga unas líneas de autobús cuyos objetivos reales aún permanecen en una oscura nebulosa pero que, ciertamente, van a provocar inmensos quebraderos económicos al sector del taxi, compuesto por pequeños empresarios y trabajadores autónomos.

Usted es un auténtico pirómano político. Por allí por donde pasa, provoca un incendio institucional. Su currículum se sustancia en un rosario de tropiezos y pifias que nos inducen a preguntarnos cuáles y de qué magnitud son los favores que le tiene que agradecer su actual jefa, la presidenta Armengol, para que le mantenga encaramado, pese a todo, en el coche oficial.

De su época menorquina, para no extendernos, recordaremos el desastre ecológico que es, pese a las campañas publicitarias y la propaganda institucional, el vertedero de basuras de Es Milà. Podemos vestirlo con lacitos, papel de colorines y ponerle brillantina, pero Es Milà es un auténtico desaguisado ecológico que contamina todo su entorno, incluido el Parque Natural de la Albufera des Grau. Y usted, en su época de presidente del Consell de Menorca, poco o nada hizo para solucionar un gravísimo problema que, incluso, ha estado en manos de la Fiscalía de Medio Ambiente y de la Comisión Europea.

También tenemos presente, de su etapa política menorquina, el desaguisado político-judicial provocado por el Plan Territorial de la isla que redactó y aprobó su antecesora, Joana Barceló. Y la gestión posterior que usted mismo hizo de la denuncia judicial que el referido plan provocó en el denominado caso Cesgarden. Por si su memoria es débil, este Plan Territorial finalmente le ha costado al propio Consell de Menorca 29 millones de euros en indemnizaciones. Un Consell de Menorca del que usted, señor Pons, era el máximo responsable.

No es extraño, por todo ello y con estos antecedentes, que sus propios compañeros socialistas  le descolgaran al cuarto puesto de la lista electoral del PSOE menorquín en los últimos pasados comicios autonómicos. Y, insistimos, algo debe haber entre usted y la presidenta Armengol para que, pese a no haber sido elegido en las referidas elecciones, le aupara la ahora ya presidenta al cargo de negociador del tercer Pacte de Progrés con MÉS y Podemos y, posteriormente, a la privilegiada poltrona de coordinador de todo el Govern desde la Conselleria de Presidència.

Pero la realidad siempre se impone y usted duró poco, muy poco, en ese cargo. Con la legislatura casi recién estrenada y ante las evidencias de qué el Govern estaba paralizado y no arrancaba, Armengol le trasladó a una conselleria de ámbito menor, presuntamente técnica, pero a la que usted ha puesto patas arriba y en el foco de mira de la conflictividad social.

Ahora que todo va bien y el progreso económico que aporta el turismo a Baleares alcanza ya a la inmensa mayoría de los sectores productivos, usted se inventa unas líneas de autobús que solamente servirán para potenciar la llegada de visitantes de poco poder adquisitivo y, lo que es mucho más desasosegante, arremete directamente desde el propio Govern contra un sector empresarial, el del taxi.

El paro patronal de advertencia de los taxistas ante sus tóxicas ocurrencias está a punto de ponernos en primera plana de los medios de comunicación europeos. Vamos a tener que lidiar contra titulares que advertirán a los viajeros británicos, alemanes y de otros puntos de origen que, al llegar a Palma, no tendrán taxis para trasladarse hasta sus hoteles, apartamentos o residencias vacacionales. Y todo ello simplemente porque usted ha puesto en marcha una iniciativa que a nadie satisface, complica la supervivencia económica de tres mil familias y resta capacidad de negocio a dos mil pequeños empresarios. ¿Por qué todo esto, señor Pons? ¿Por qué?

Pese a todo, a día de hoy, usted sigue de conseller en el Govern de Francina Armengol. Como presidente de Menorca permitió que Es Milà contamine el área natural más importante de la isla y que la aplicación de un Plan Territorial desnortado le haya costado 29 millones de euros en indemnizaciones a todos los menorquines. Como conseller de Presidencia, duró en el cargo el tiempo mínimo para constatar fehacientemente que su gestión era improductiva. Y ahora, como responsable de los transportes, nos aboca al paro de los taxistas.

Sinceramente, confirmadas todas estas realidades, ¿qué le debe a usted la presidenta Armengol para mantenerle en su puesto?

Señor Pons, por favor, haga el favor de no complicarnos la vida. Evítenos el bochorno de un conflicto, reconsidere su tóxica propuesta de los nuevos autobuses y reconduzca hacia la paz social su enfrentamiento con los pequeños empresarios y trabajadores autónomos del taxi. Sin sus autobuses, todo iba bien. Entonces, ¿para qué los queremos?

Actualizado: 14 de marzo de 2022 , , , ,

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