Para empezar, aunque parezca incomprensible, el verdadero dirigente del PP es, como siempre, Cañellas. Por eso, Sr. Company, su candidatura ha sido una exhibición del aparato, es decir, de hombres y mujeres de tan desacreditada saga, que le secundan en sus ideas y caprichos. ¡Grave, muy grave, hipoteca de futuro! Una cosa, no obstante, podrá aprender con ellos: en qué consiste la lealtad personal y al partido. En sus filas, sin duda, se encuentran verdaderos ‘maestros’ y ‘caciques’ de todos los colores, personajes que atesoran lo más oscuro y cerrado del PP, capaces en todo momento de activar el resentimiento y el afán de venganza y por cuyos aledaños ‘cruza errante la sombre de Caín’, que dijo el poeta.
Aunque el interés de Rajoy (marginar a Bauzá por su participación en la red Floridablanca) le haya favorecido hasta el punto, incluso, de evitarle debatir con él, importa mucho que no se confunda: Rajoy sólo piensa en Rajoy. Ello explica que, con la que está cayendo en este país llamado España, Rajoy apoye para Baleares una opción política que viene a arrojar más leña al fuego del nacionalismo.
¡Vergüenza y oprobio para el PP! ¿No tiene el PP algo diferente que ofrecer? ¿El nacionalismo forma parte de su identidad? Así es. Su sello distintivo consiste ahora en sumarse a lo ya existente, excepción hecha de C’s. ¡Rendición total! Lo siento pero, como también le han recordado, a los amantes de la libertad no nos quedan razones para seguir, creer y apoyar al PP. ¿Ha pensado, Sr. Company, si la gran abstención del otro día –que no explicarán- tendrá algo que ver con tan rendidos posicionamientos, contrarios a todo cuanto suena a español y a un partido nacional?
Personalmente, no me sorprendió lo más mínimo el rechazo de la enmienda de Carlos Delgado. Era algo cantado. Sólo los ingenuos (‘tontos útiles’) pudieron pensar que no se llegaría tan lejos.
El PP ya hizo el trabajo sucio a la izquierda antinacional con la inmersión lingüista de Cañellas. Ahora ni tan siquiera se ha ruborizado al rechazar la libertad lingüística y el garantizar una escolarización también en español. ¡Qué importan los argumentos ni los deseos de la mayor parte de la calle! ¡Al carajo con la enmienda de un españolista!
Eso sí, Fernández Maillo habló de la libertad. Se ve que viven, como en su día profetizó P’s, en la contradicción. ¡He aquí otra poderosa razón para mandar al PP al carajo y no votarles!
Una mención aparte merece el militante pepero. Se han retratado. Espero que, en lo sucesivo, jamás invoquen aquello del servicio al ciudadano. Se han posicionado claramente al lado de la pesebrera de lo público. ¡Vaya gente lleva mi carro! Ni tan siquiera han sido capaces de defender el derecho que les asiste como padres de familia. ¡Magnífico!
Ya dijo Polibio que “se necesita más sabiduría y más destreza para hacer uso de la victoria”. Usted, Sr, Company, ya demostró el día de su victoria, que no sabía ganar. ¡Mal empezamos! Lo que haga a continuación, ya no será consecuencia de su grandeza y caballerosidad sino imposición de Génova. Esto es, pura ficción, pura táctica política, pura mentira.
A diferencia de otros, deseo que no ‘haga aquello por lo que le han elegido sus compañeros’. Ya sé que me equivoco. Cabalmente, hará lo contrario: colocar a todos cuantos pueda. ¡Y viva la revolución!
