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Carta al seny / Es el momento de las soluciones

En estos momentos de zozobra general, enfrentamiento desatado y pulsión desbocada de los sentimientos más primarios en Catalunya y España, es el momento de reclamar seny.

Reclamamos seny a los que, desde la legalidad constitucional, deben ser conscientes de que las reglas de juego consensuadas que nos dimos mayoritariamente en el ya lejano año de 1978 para salir todos juntos del franquismo presentan en estos momentos grietas alarmantes que ponen en evidente peligro la consistencia del marco de convivencia español.

Reclamamos seny a los que, incómodos y asqueados por la realidad institucional española, creen que rompiendo los lazos de fraternidad que nos han mantenido unidos durante siglos se abrirán automáticamente las puertas del paraíso catalán.

La realidad va más allá de lo que intentan plasmar unas palabras escritas en un texto legal. El conflicto catalán va más allá de la propia Constitución Española de 1978, que no ha sido capaz de aportar las soluciones que reclamaban tan áspero enfrentamiento social. Empeñarse en solucionar un problema con las reglas del juego que no lo han conseguido es empecinarse en el fracaso. Quizás en un momento anterior al 1 de octubre habría sido posible encaminarse y alcanzar esta solución pactada en el marco constitucional español. Ahora eso se antoja muy difícil, por no decir imposible.

También es extremadamente egoísta pretender cambiar esas mismas reglas del juego constitucionales sustituyéndolas por otras que solamente dan respuesta a las demandas de una parte de la ciudadanía. La convivencia se fundamenta en el reconocimiento general de un conjunto de normas que todos reconocemos como propias. Sustituir las normas que no nos gustan por otras que solamente nos gustan a nosotros, sin considerar al resto de la ciudadanía, nos aboca a un nuevo fracaso.

Sea cual sea el devenir futuro del conflicto social catalán (la permanencia del statu quo actual, la independencia de Catalunya o la modificación del marco de convivencia constitucional), necesitamos que el proceso que comenzamos a recorrer ahora esté marcado por el seny y no por la rauxa. Por el seny como reflexión, debate civilizado, contraposición dialogada de pareceres, comprensión de las aportaciones del oponente y empatía hacia el que tenemos enfrente y sus posiciones. Huyamos de la rauxa, del enfrentamiento, del levantar la voz sin pensar, del insulto, de la incomprensión y del odio al que, simplemente, piensa distinto a nosotros.

Si en el futuro Catalunya permanece dentro de España, o si se separa para formar su república independiente o se mantiene en el marco de una nueva constitución que sustituye a la de 1978, es perentorio que el seny marque el camino a recorrer, que todos comprendamos que las razones del otro son tan legítimas como las nuestras y que deberemos –pase lo que pase– seguir caminando por la misma senda, ya sea bajo la misma bandera o una distinta.

Tras la sublimación del conflicto catalán con la celebración del referéndum ilegal y la inmediata carga policial contra la ciudadanía, es el momento de apostar no por los conflictos sino por las soluciones. Es el momento de eliminar cualquier tipo de enfrentamiento. Es el momento del seny.

Actualizado: 14 de marzo de 2022 , , ,

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