La memoria de los medios es corta. Hay ruido por doquier. Y silencio, un vacío espeluznante. Generamos ruido sobre la actualidad en la que nos focalizamos porque estamos al servicio de la urgencia informativa. Llenamos nuestras páginas con las noticias más fervientes.
El punto de mira está posado en Cataluña. En Rajoy y Puigdemont. En cartas que no dicen nada y declaraciones llenas de palabras vacías. Ambos líderes copan los espacios informativos de todos los medios de España. Pero, al pensar en esto, sólo se puede dilucidar una idea clara: no hacen más que rizar el rizo.
Ruido. Crean ruido, y polémica, y discusión en torno a un panorama que sólo puede describirse como confuso.
Y, mientras tanto, silencian lo que les interesa. Tramas de corrupción de uno y otro bando. Las investigaciones a Pujol, la Gürtel y los cientos de problemas generados por las altas esferas de sus respectivos partidos quedan en el más absoluto silencio.
Callarán sobre Cataluña. ¿Soluciones? Presumiblemente, ninguna definitiva. Porque también esto pasará, y encontrarán otra excusa para silenciar lo que no quieren que se sepa. La opinión pública es poderosa, y es un arma que no les conviene que sea utilizada en su contra.