El día 26 de octubre el PSOE de Calvià llevaba a pleno ordinario lo que nunca se ha llevado, el avance de un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Básicamente, debería tratarse de una exposición de líneas básicas sobre las que empezar a diseñar el entorno urbanístico del municipio, pero lo que el PSOE presentó fue un Avance donde prometía 800 viviendas en Santa Ponsa, parques naturales enormes, la creación de lagos e incluso cubrir parte de la autopista que pasa por Costa den Blanes creando una de las mayores infraestructuras viarias de Baleares, una autopista soterrada. Todo ello sin saber ni cuándo ni cómo lo iba a financiar. En resumen, un cúmulo de propuestas inalcanzables de puro carácter electoralista.

Tal fue el enfado de sus socios de gobierno y de investidura que le pararon los pies al PSOE de inmediato y le dijeron que a qué venía ese propagandismo político del PSOE con algo que requiere del máximo consenso posible. La negativa de sus socios ha sido tan tajante que lo que tenía que ser el punto estrella del pleno de octubre ahora ni siquiera va al pleno de noviembre porque el PSOE ha pecado de individualista y ha querido marcarse un tanto electoral con un Plan General que debe nacer fruto del consenso. Al final, dado el revuelo que se ha montado, el Avance ha tenido que aprobarse en Junta de Gobierno y las propuestas de sus socios se han tenido que aceptar rápido y corriendo, y no con mucho agrado. 

Lo peor es que tratándose de la ordenación futura del municipio de Calvià, el PSOE sólo busca el acuerdo con dos partidos minoritarios que tienen más que difícil repetir representación la próxima legislatura. ¿Dónde está el consenso con el resto de partidos políticos? Se repite la misma historia de siempre, aplican la vieja política de pactar sólo entre los suyos y cuando hay un cambio de gobierno se tira al traste todo lo que se ha hecho y se vuelve a modificar.

Este alcalde utiliza el método de las lentejas con el consenso, si quieres las comes y, si no, las dejas. Presenta sus propuestas acabadas y negociadas con sus socios minoritarios y te pide que le votes a favor. Y esto no es el consenso, señor Alcalde, y menos para algo tan serio como un PGOU. 

En mayo de 2019 las urnas demostrarán que este alcalde ha gobernado para los intereses de sus votantes y no para los de todos los habitantes del municipio.Ya hemos visto a lo largo de la legislatura a qué destina las inversiones, mayoritariamente a zonas socialistas, porque en otros lugares la inversión brilla por su ausencia. Los abucheos en sus discursos cada vez se oyen más fuertes.