Tras el primer posado oficial de Felipe VI y Letizia a su llegada a Mallorca, esta misma tarde se ha convocado frente a Marivent, una nueva edición del Cant dels ocells por la libertad de presos políticos y exiliados.
La guionista y colaboradora de CANAL4 Diario, Susana Hernández recrea una realidad ficcionada en el seno de la Familia Real, a la vista de los últimos acontecimientos que rodean su llegada a la isla.
La reina Letizia se encuentra leyendo un libro mientras descansa en una de las tumbonas de la piscina de Marivent.
A Letizia le cuesta concentrarse por los gritos de sus hijas, Leonor y Sofía, que juegan en la piscina.
LETIZIA:
(Molesta)
Niñas, ¿podéis hacer menos ruido?
LEONOR Y SOFÍA:
Vale, mamá.
La reina vuelve a sumergirse en la lectura, pero se distrae de nuevo cuando sus hijas empiezan a cantar.
LEONOR Y SOFÍA:
(Cantando alegremente)
Al veure despuntar el major lluminar en la nit més ditxosa, els ocellets cantant a festejar-lo van amb sa veu melindrosaaaaa...
LETIZIA:
(Escandalizada, corriendo hacia ellas)
¡Niñas! ¡¿Pero qué hacéis?! ¡¿Dónde habéis aprendido eso?!
LEONOR:
La estaban cantando unas personas en la entrada. ¡Es muy bonita!
SOFÍA:
(Emocionada)
¡Sí! ¡Nunca nos habían recibido cantando! ¡Se nota que nos quieren!
LETIZIA:
(Intentando contenerse)
Id adentro a jugar… y decidle a vuestro padre que venga.
A las niñas se les borra al instante la sonrisa, entendiendo la gravedad que mostraba la mirada de su madre. Por ello, deciden irse sin dudarlo y hacer lo que la reina les ha pedido.
FELIPE:
(Llegando a escena)
¿Qué pasa? Leonor y Sofía parecían preocupadas.
LETIZIA:
¡¿Qué pasa?!
(Pegándole en el brazo con su libro)
¡Marivent es lo que pasa! Están los de Música per la Llibertat cantando el “Cant dels ocells” en la entrada, ¡y he pillado a tus hijas cantándola también!
FELIPE:
Vamos, cariño, solo es una canción…
LETIZIA:
¡No me vengas con esas! ¡No permitiré que mis hijas canten un símbolo nacionalista catalán! Y hoy es una canción, pero el miércoles, en la Almudaina, serán los de Arruix Borbons... ¡Ya sabes la que se arma siempre! Y lo peor es que irán los colectivos monárquicos a intentar aplacarles y no tendremos más remedio que poner buena cara y darles la mano para, encima, agradecerles la mala imagen que unos y otros nos están dando.
FELIPE:
Pero no podemos hacer nada, cielo. Solo están en la calle, tienen derecho a ello.
LETIZIA:
¿Derecho? ¡Si son los mismos de siempre! El viejo de la barba y cuatro ratas más. ¿O crees que este año no estará ahí Balti Picornell, la versión republicana y podemita de Cristo?
FELIPE:
Lo sé, Leti, pero no podemos faltar al acto. A él acudirán las principales autoridades y representantes de la sociedad civil balear. Es importante que…
LETIZIA:
(Interrumpiéndole)
¿Qué es importante? Eso no es más que un… ¡un besamanos! Y estoy harta, Felipe.
FELIPE:
Bueno, puedes no ir si es lo que quieres. Me inventaré algo…
LETIZIA:
(Suspira y se sienta en una de las tumbonas)
Es que no es solo eso…
El rey Felipe se sienta al lado de su esposa, rodeándola con un brazo y acariciándole el hombro.
LETIZIA:
También está navegando por la isla Harald, el rey de Noruega. Otro dinosaurio al que supongo que tendremos que ver. ¿Y qué modelito me pongo yo ahora para eso? Yo preferiría cenar con Oprah Winfrey, que también está en la isla y tendrá cosas más interesantes por contar...
FELIPE:
(En tono psicoanalizador)
¿En serio? ¿Realmente te importa Oprah o qué llevar puesto? ¿O es otra cosa?
LETIZIA:
Vale… es otra cosa. No sé… lo es todo. ¿Cuánto tiempo llevamos veraneando en Mallorca? ¿Dieciséis años contando este verano? Al menos tu padre ya casi no viene y eso, lo siento, pero he de reconocer que me facilita las cosas. Sin embargo, tu madre lo sigue haciendo, ¡y ya sabes lo nerviosa que me pone! Cariño, que no nos llevamos bien, ¡y ella solo busca provocarme! Con sus “planes de chicas” y salidas al cine o de compras…
(Suspira, agotada)
Yo solo quiero tener algo de paz. Poder tener, por una vez, unas vacaciones de verdad… alejada de toda esta gente.
Felipe besa el hombro de su esposa para transmitirle su comprensión. Ella sonríe.
LETIZIA:
No sabes las ganas que tengo de nuestras vacaciones privadas.
FELIPE:
(Sonríe)
Yo también. ¿Por qué no vas mirando destinos y así te despejas un poco? Yo pediré que nos preparen la cena.
Letizia asiente y se va, más relajada.
Mientras, el rey se queda sentado en la tumbona y toma aire. Acaba de llegar a Mallorca y ya tiene que enfrentarse a los colectivos antimonárquicos, a los monárquicos, al rey Harald, a su madre y a su esposa.
FELIPE:
(Con ironía)
Felices vacaciones, Felipe.
