Para intentar arrojar luz sobre el tema, hablamos con María José Cordero, madre de dos hijas con Altas Capacidades Intelectuales (ACI) y asesora de la Asociación Balear de Superdotación y Altas Capacidades (ABSAC) de Mallorca. Además, CANAL4 Diario cuenta con el testimonio de Yago Hernández, un joven de 17 años con Altas Capacidades que explicará lo que supone vivir con este tipo de inteligencia.
Las Altas Capacidades Intelectuales (ACI) comprenden un conjunto de características en las que un individuo posee uno o varios potenciales de las diferentes inteligencias múltiples, elevados por encima de la media y siempre con gran creatividad.
La asesora de ABSAC-Mallorca, Mª José Cordero, responde con rotundidad que “no son lo mismo” y además advierte que “es importante no confundirlos”. Cordero explica que “las Altas Capacidades consisten en tener un área o más de la inteligencia por encima de la media” mientras que “la superdotación sólo sucede cuando todas las inteligencias tienen su potencial muy elevado –por encima de la media –de modo homogéneo”.
María José Cordero, asesora de ABSAC, junto a Miquel Àngel Guerrero, director de FAPA Mallorca.
De igual modo, Cordero señala que “según los expertos, el 10% de la población mundial tiene ACI, mientras que sólo un 2-3% tiene superdotación intelectual”. Además, añade que dentro de las ACI existen los talentos y éstos pueden ser “talentos simples”, cuando una capacidad intelectual se encuentra muy elevada en una de las diversas inteligencias, y “talentos complejos” cuando hay hasta dos o tres inteligencias elevadas.
“En absoluto. Tener Altas Capacidades no es tan fácil como la gente se imagina” indica Yago. Al mismo tiempo, el joven estudiante de bachillerato argumenta que “poseer esta inteligencia es un peso extra, una responsabilidad más que el resto” y añade que “incluso puede llegar a ser tu peor enemiga, puesto que si no sabes –tanto tú mismo como tu entorno familiar y docente –aprovecharla y potenciarla, puede derivar en consecuencias nefastas, como en muchos casos el abandono escolar”.
Del mismo modo, Cordero manifiesta que uno de los principales propósitos de ABSAC es “intentar ayudar a que aquellos padres y madres que tengan hijos con ACI, reconociéndoles sus derechos y cubriendo sus necesidades, pero sobre todo dotándoles de las herramientas necesarias para que, llegado el momento, sean autónomos, independientes, justos y todo lo felices que puedan”.
Yago Hernández, tiene 17 años y también ACI.
El Protocolo de identificación y evaluación del alumnado de Altas Capacidades Intelectuales en centros escolares en Balears entró en vigor el curso 2015-16 y consiste en la aplicación de diferentes pruebas en las que participa el alumno, la familia y los docentes, junto con el equipo de orientación. Esta es la primera herramienta científica, validada y consensuada para realizar la identificación.
Según Cordero, “Balears ha sido prácticamente la última Comunidad Autónoma en disponer de protocolo, aunque hay que decir que el que ahora tenemos es tan bueno que se usa como modelo en otras comunidades”.
No obstante, la colaboradora de ABSAC subraya que dicho protocolo tiene “defectos”, como son “la escasez de profesionales bien formados para pasarlo” y, sobre todo, “que no se aplica en todos los centros, ya que es de carácter voluntario”. Para Cordero ambas taras “restan de derechos a los niños y jóvenes y les despojan de poder disponer de esta herramienta y sus beneficios”.
Por otro lado, Yago Hernández reprocha que “el grupo docente tendría que ser capaz de detectar a estos alumnos aunque no disponga de las mismas herramientas que un profesional, puesto que en muchas ocasiones es muy evidente su despunte”.
Actualmente se registran un total de 178.000 alumnos matriculados en las Illes Baleares de los cuales, según Cordero, “el 10% deberían ser con Altas Capacidades, es decir, 17.800 alumnos”. La cooperante de ABSAC-Mallorca desvela que “tan solo hay 1.321 alumnos identificados con ACI, por lo que existen 16.479 ocultos y sin identificar”. Agrega que “es triste que sólo tengamos identificados a un 0,74% de alumnos, aunque es muchísimo más que hace tres años cuando apenas se registraban 400 alumnos.”
“El gran número de niños y jóvenes que faltan por identificar pone sobre el tapete que nuestra sociedad discrimina a las personas ACI, no sólo porque no las atiende, sino porque ni siquiera las ve”, afirma Cordero.
Además, añade que el objetivo final de ABSAC es que “cualquier individuo, sin tener en cuenta su género, condición social y/o características individuales –ACI, TDAH, Dislexia, Asperger, etc. –pueda recibir una atención adecuada en función de sus necesidades y logre desarrollar todo su potencial a través de una educación inclusiva, es decir, siempre dentro del aula y pudiendo interactuar con sus compañeros y enriqueciéndose así del proceso educativo”.
La consejera de ABSAC explica que existen diversas legislaciones tanto a nivel europeo, como a escala nacional y autonómica, y todas ellas preservan y protegen las necesidades de los alumnos con Altas Capacidades Intelectuales.
Primeramente, Cordero señala que “en 2012 la Unión Europea publicó el Dictamen ‘Liberar el potencial de los niños y jóvenes con ACI’, con la finalidad de aprovechar al máximo las aptitudes de los alumnos con alta capacidad”.
A nivel estatal, apunta que “el art. 27.2 de la Constitución Española, juntamente con el art. 71 (pto 1 y 2) de LOMQUE, hablan de la necesidad de identificar y adaptar de forma individual a estos alumnos con ACI en todas las etapas educativas para desarrollar su potencial”. Asimismo, recuerda que “la Educación en España tiene sus competencias transferidas a cada Comunidad Autónoma”
En tercera y última instancia, Cordero indica que “Balears dispone de varios BOIB, resaltando el del 01/04/2017, que regula la flexibilización de las etapas educativas, indicando cuando y como puede un alumno ACI acelerar (saltarse) un curso”.
“Según lo que dicen las diferentes leyes, esa obligación pertenece a las administraciones públicas, pero no hay que olvidar que los padres somos los tutores legales del alumno mientras este sea menor de edad, por lo que nuestra obligación –siguiendo el Código Civil del Menor – es procurar que se cubran adecuadamente todas las necesidades del niño” comenta Cordero.
Es importante descubrir las altas capacidades lo antes posible. Un niño que aprende más rápidamente que los demás merece ser ayudado para que no se sienta aburrido en el aula y se desconecte del ritmo de la clase.
En este sentido, Yago Hernández declara que “es un sufrimiento el ir a clase y escuchar más de 20 veces lo mismo, eso te llega a amargar”. Al mismo tiempo, el joven estudiante añade que “entiendo que todo el alumnado debe tener las mismas oportunidades de aprender adecuadamente, pero también creo que se debería ayudar y facilitar a aquellos que tengan un nivel más alto”, justificando que “si les pones barreras o topes, eso les puede generar una frustración emocional que luego se traslada a casi todos los ámbitos de la vida”.
Existe la creencia generalizada de que un ACI es alguien que va sobrado de inteligencia y que no tiene ningún tipo de problema, ni académico ni psicológico. Nada más lejos de la realidad. Esta es una creencia falsa que hace mucho daño a las familias que lo sufren. Si no se trabaja bien con estas personas con características especiales, desde que son identificados, puede generar ciertos tipos de trastornos, convirtiéndose en víctimas de la discriminación y provocando que en España haya un 70% de fracaso escolar.
De manera más que llamativa, Cordero apunta que “los alumnos con ACI fracasan escolarmente 4 veces más que los alumnos que están dentro de la media intelectual”. Para la consejera de ABSAC el problema radica en las clases magistrales propias del sistema educativo, de contenido repetitivo y poco estimulantes, provocan que muchos alumnos con ACI se aburran, se frustren y finalmente acaben abandonando sus estudios.
Al mismo tiempo, Cordero advierte que “urge un cambio metodológico y que se necesitan más docentes especializados de inmediato, puesto que sino las cifras negativas no dejarán de aumentar”. Referente al acoso escolar, la colaboradora de ABSAC-Mallorca señala que “la cifra de escolares medios con ACI que han sufrido bullying llega hasta el 46%,”, un porcentaje que tilda de “vergonzoso”.
“Según la actual norma en Balears, tras identificar a un alumno con ACI y conocer su forma de aprender y sus capacidades a desarrollar, lo legal es diseñar, consensuando con la familia, un plan de enseñanza para que el alumno desarrolle a su ritmo sus capacidades y pueda adquirir las competencias de su curso escolar al ritmo y metodología que requiera” explica Cordero.
Además, matiza que “inicialmente deben implementarse una ampliación y/o enriquecimiento del currículo (dar más materia y de modo más profundo) en el que se han de eliminar las repeticiones y tareas que generen desmotivación o aburrimiento. Añade que “este plan de estudios adaptado será revisado conjuntamente por el centro y por la familia para sus posibles correcciones. Es imprescindible que todo quede registrado y firmado por los padres/tutores legales, tutor del centro y orientador”.
Por otro lado, Cordero expresa que “existen otras actividades fuera del aula además de las de ABSAC Mallorca, como son ESTALMAT y MENTORIMENT, y las tres tienen un éxito rotundo”
Una de las medidas de atención educativa que se pueden llevar a cabo con alumnos de altas capacidades es la aceleración, es decir, adelantarlos de curso. De momento, esta opción está poco extendida y tanto padres como educadores desconfían, en su mayoría, de ella.
La asesora de ABSAC-Mallorca manifiesta que “si el plan de estudios adaptado no fuera suficiente y el alumno manifestara algunos de los signos típicos (aburrimiento, frustración, aversión a ir al cole…), o el simple hecho de demandar más y mejor, se propondría una aceleración de curso. Para ello, hay que pedir permiso a la Conselleria y si el 2/3 del profesorado, padres y orientación de Conselleria lo aprueban, se realiza tal adaptación”.
Por último, Yago Hernández opina que “lo óptimo a nivel escolar sería que tanto para repetir como para ascender de curso hubiese las mismas reticencias” y, además, cree que “se debería aplicar seriamente todo lo que está legislado, ya que en muchas ocasiones se pasa por alto y eso deriva en alumnos frustrados y con un rendimiento académico por debajo de sus aptitudes”.
