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Políticos que empeoran los problemas y políticos que los solucionan

Señora María Asunción Jacoba Pía de la Concha García-Mauriño, consellera d’Agricultura del Govern de les Illes Balears, y señor José Hila Vargas, alcalde de Palma:

Representan ustedes respectivamente a las dos realidades que hoy en día personifican y definen a nuestros políticos. La de aquellos –por un lado, señora De la Concha– que son conscientes de su papel y hacen lo posible para solucionar los problemas que frenan el buen desarrollo de la sociedad. Y –todo lo contrario, señor Hila– la de esos otros políticos que padecemos y que no solucionan nada sino que, además, complican y empeoran aún más las cosas.

Los payeses de toda España, y también los de las Illes Balears, están en pie de guerra. No pueden aguantar más, su supervivencia está en peligro y han abandonado momentáneamente sus explotaciones agrarias y ganaderas para venirse a las ciudades y explicitar su realidad insana ante la sociedad y los medios de comunicación con el único objetivo de forzar a los políticos a que impulsen soluciones eficaces y eficientes que permitan su supervivencia.

Ante esta realidad, y en el ámbito de los políticos que buscan solucionar problemas y de los otros políticos que los empeoran, nos hemos dado de bruces con las carencias financieras que arrastra el matadero municipal de Palma. Matadero que, aún denominándose de Palma, trasciende en su influencia del estricto término geográfico de la capital y se mantiene activo con el apoyo directo del propio Govern de les Illes Balears.

El matadero es un servicio público. No es un negocio particular. No es rentable ni lo será nunca. Su objetivo no es ganar dinero, sino dar salida a la carne de los animales sacrificados que anteriormente han criado los ganaderos mallorquines. Serán vendidos, también, en los comercios de proximidad y supermercados de la isla y servidos en los mejores restaurantes y hoteles, contribuyendo a nuestra promoción como destino vacacional de calidad.

El matadero es un eslabón importantísimo de una cadena que pretende ser potente y fijar en la Part Forana de Mallorca a los payeses, evitando el vaciamiento del centro de la isla a cambio de la sobrepoblación de la costa y, también, darle continuidad económica al sector primario. Es una manera de mantener la salud de nuestro limitado territorio. Así es como hay que entender el papel social del matadero municipal de Palma.

No estamos ante un simple problema de ingresos, gastos, amortizaciones e inversiones. No se trata sólo de una cuenta de resultados negativa o positiva de un negocio particular. Los payeses representan el sustrato primigenio de nuestra sociedad. Es incompatible la defensa de la naturaleza, del medio ambiente, del paisaje, de la calidad de vida y del turismo de calidad sin un potente sector primario agropecuario que mantenga activo y en funcionamiento nuestro fora vila.

¿Qué sería de nuestras islas sin payeses? ¿Sin campos cultivados, sin granjas ni sembrados, sin árboles frutales ni cereales, sin huertos, sin cerdos ni terneras? Serían unas islas abandonadas, desiertas en todo su interior alejado de la costa y aún más dependiente, si cabe, del monocultivo turístico.

Y todo eso, señora De la Concha y señor Hila, es incompatible con mantener viva y sana a nuestra sociedad. No hay turismo sin payeses. No hay alternativas al sol y playa sin payeses. No hay medio ambiente sano sin payeses. No hay paisaje sin payeses. Sin payeses, antes o después, lo perderemos todo.

El matadero de Palma era gestionado de forma directa por el propio Ajuntament de Ciutat en la etapa inmediatamente anterior a la actual. La realidad de esa fórmula era, sin embargo, un descontrol absoluto. El déficit económico se iba acumulando año tras año sin visos de poder ser nunca frenado. Ello llevó a externalizar el servicio público, lo que se hizo a través de una empresa privada que ha demostrado su capacidad recortando las elevadas cifras de pérdidas de antaño, como ha reconocido usted misma, señora Mae de la Concha.

Esta solución de externalizar la gestión de este servicio público en una empresa privada tenía una clara fecha de caducidad. Pero el propio Ajuntament de Palma, como ya ha hecho con las galerías comerciales subterráneas de la Plaza Mayor de Ciutat, ha dejado pasar el tiempo sin acometer la renovación y adecuación del convenio a los tiempos actuales.

Y en esta carencia, señor Hila, tiene usted toda la responsabilidad, como la tiene en la conversión de las galerías de la Plaza Mayor en un auténtico agujero negro ciudadano. Usted no ha llegado a la alcaldía ahora. Usted ha sido alcalde de Palma en la legislatura anterior y usted no ha hecho nada en el pasado para evitar caer en la situación actual. Una vez más, se le ha planteado un problema con tiempo suficiente para solucionarlo y, sin embargo, ha dejado que se pudra. Y ahora, con el cadáver de cuerpo presente, se tapa usted la nariz, se pone de perfil y pretende que otros solucionen los desastres que usted mismo nos ha provocado.

Señor Hila:

Usted ha provocado el problema que ofusca el futuro del matadero municipal de Palma. Usted pudo proponer y aplicar soluciones y no lo hizo.

Señora De la Concha:

Sin embargo, usted ha sido clara y diáfana. En declaraciones exclusivas a CANAL4 Televisió, lo dijo y lo defendió con vehemencia: “El matadero municipal de Palma es un servicio público y de ninguna de las maneras permitiremos que cierre”.

Los payeses, los agricultores, los ganaderos y los ciudadanos en general de Palma, de Mallorca y de les Illes Balears toman nota. Ahora ya tienen claro quiénes son los políticos que defienden a nuestro sector primario agropecuario, a nuestro paisaje y a nuestra forma ancestral de gestionar el paisaje. Y también tienen claro quienes provocan los problemas y, después, quieren escaquearse de las soluciones.

Los palmesanos, mallorquines y baleares saben que Mae de la Concha pretende solucionar el problema que ahoga a los payeses y que José Hila, ante esa realidad tóxica que él mismo ha provocado, se fuma un puro y pasa de todo.

Mae de la Concha es, pues, una política que intenta y trabaja para solucionar problemas. Y José Hila es un político que los provoca y no los soluciona. La realidad nos demuestra que no todos los políticos son iguales. Por todo eso ha llegado el momento de valorar esta realidad y actuar en consecuencia a la hora de depositar nuestros votos.

Actualizado: 14 de marzo de 2022 , , , , ,

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