Con todo, sabemos que los coronavirus son una amplia familia de virus que normalmente afectan sólo a animales. Algunos tienen la capacidad de transmitirse de los animales a las personas.
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 es un nuevo tipo de coronavirus que puede afectar a las personas y se ha detectado por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China.
La tasa de transmisión supera en dos veces a la gripe estacional y como mínimo, uno de cada cinco pacientes necesita hospitalización.
Este mismo miércoles, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha pasado a calificar de pandemia el brote de coronavirus al superarse los más de 118.000 casos en 114 países y 4.291 personas muertes.
Los síntomas más comunes incluyen fiebre, tos, y sensación de falta de aire. En algunos casos también puede haber síntomas digestivos como diarrea y dolor abdominal. La mayoría de los casos presentan síntomas leves.
En casos más graves, la infección puede causar neumonía, dificultad importante para respirar, fallo renal e incluso la muerte. Los casos más graves generalmente ocurren en personas de edad avanzada o que padecen alguna enfermedad crónica, como enfermedades del corazón,del pulmón o problemas de inmunidad.
Parece que la transmisión es por contacto estrecho con las secreciones respiratorias que se generan con la tos o el estornudo de una persona enferma.
No existe un tratamiento específico, pero se están empleando algunos antivirales que han demostrado cierta eficacia en estudios recientes. Sí existen muchos tratamientos para el control de sus síntomas por lo que la asistencia sanitaria mejora el pronóstico.
Al ser una infección producida por virus, los antibióticos no deben ser usados como un medio de prevención o tratamiento.