Participar en el programa supondrá dar el consentimiento para que unos inspectores municipales puedan revisar en el domicilio particular el sistema de separación. Si el proceso es positivo, supondrá un ahorro de unos 31 euros respecto al coste actual. Pero los más beneficiados serán los habitantes de la zona rural, ya que la bajada llegará hasta el 80 por ciento. "Esta reducción está motivada porque estos vecinos, durante 2020, han visto cómo se retiraban los contendedores de las zonas rurales y se han visto obligados a llevar sus residuos hasta los vertederos", ha comentado Bonet.
Por parte del equipo de gobierno se ha querido subrayar que esta decisión supone dar pasos adelante para mejorar la separación de fracciones, un hecho que supone una recogida de residuos más óptima. Todos los contribuyentes de la tasa podrán percibir estas reducciones independientemente de donde vivan. Así, en función de la disponibilidad del servicio, estarán obligados, a separar los cuatro (papel, vidrio, envases y rechazo) o cinco fracciones (papel, vidrio, envases, rechazo y orgánica).
"La finalidad última es aumentar la recogida selectiva de la ciudad, cumplir con la normativa europea y tener un municipio más sostenible", ha declarado el alcalde, Eric Jareño. También ha resaltado que el objetivo de la tasa no es recaudar, sino reciclar; cuanto más se recicle, más se podrá reducir la tasa.
Por otra parte, la recogida puerta a puerta en el núcleo de Llucmajor está danto unos resultados "excelentes", ya que se ha superado "casi el 40 por ciento". En el resto de núcleos las cifras no son tan buenas. "Esta es nuestra asignatura pendiente. En la zona de urbanizaciones se prevén mejoras más similares al pueblo de Llucmajor. El caso de s'Arenal presenta más dificultades por su configuración", ha explicado Bonet, quien ha añadido que "nuestro objetivo es llegar a la ratio estipulada, que es de un 50 por ciento de reciclaje en 2020 y de un 60 por ciento en 2030 en todo el municipio".