Tras cerrar un año –el 2020 del virus asesino de la Covid-19– ciertamente dramático, muy complicado y trágico, embocamos un 2021 que no será de ningún modo fácil, sino todo lo contrario. El 2020 nos tiene que servir de experiencia para saber reaccionar a tiempo y no tropezar en las mismas piedras que nos saldrán al paso en el camino de este 2021.
La gestión de los estragos sanitarios, sociales, económicos, laborales, empresariales –y también administrativos, políticos e institucionales– fue manifiestamente mejorable en el pasado. Es verdad que el desconocimiento general de lo que es una pandemia contribuyó sobremanera a este descalabro. Pero también es cierto que muchos de los que debían habernos ayudado a solventar nuestros graves problemas desertaron de sus responsabilidades. Y lo hicieron por ignorancia, egoísmo o, simplemente, por su contrastada inutilidad.
Usted ha vivido esta execrable realidad en el seno de su equipo del Govern de les Illes Balears.
Algunos de sus consellers han preferido ponerse de perfil ante las dificultades que usted intentaba solventar y se han explayado con propuestas que simplemente eran cohetes artificiales totalmente fuera de lugar en estos momentos de muerte y debacle económica. Léase aquí el nombre del vicepresidente Juan Pedro Yllanes.
Otros de sus consellers, incluso, se han camuflado detrás del tóxico “esto no es cosa mía” para excusarse impunemente ante la debacle que se ha vivido en las residencias de la tercera edad. Coloquemos aquí el nombre de Fina Santiago.
También ha debido usted, señora presidenta, solventar la tara de tener al frente de una conselleria a un político incapaz de reaccionar ante las reclamaciones de alcaldes, payeses, empresarios y ciudadanos por el bloqueo que él mismo ha provocado y permitido en decenas y decenas de inversiones privadas que habrían, seguro, creado miles de puestos de trabajo y movilizado la riqueza que tanta falta le hace a nuestra comunidad. Seguro que usted ya sabe quién es el interfecto: Miquel Mir de Medi Ambient y su catastrófica Dirección General de Recursos Hídricos.
A este ramillete de consellers que usted haría bien en quitarse de encima, podemos unirle los nombres de algunos otros: Mae de la Concha, de Agricultura y Pesca, que sigue amodorrada en sus particulares mundos de yupi; Pilar Costa, portavoz equilibrista de las palabras capaz de decir cualquier cosa sobre lo que sea antes que responder a lo que se le pregunta; y Patricia Gómez, claramente ya superada y agotada por la gestión sanitaria de birlibirloque que ha ejecutado ante la realidad pandémica.
Presidenta:
Su obligación es ayudarnos a salir de la crisis provocada por la enfermedad. No le pedimos milagros. Usted no está para eso. Solamente le pedimos que no nos lo haga aún más difícil. Tiene usted que ser empática con los empresarios –los únicos que pueden recuperar el pulso económico de las Illes Balears– y clara con las medidas sanitarias. Y si para conseguir estos dos objetivos tiene usted que cambiar a medio Govern, pues cámbielo.
Los errores del pasado 2020 son eso: pasado. Pero no tenemos que repetirlos en el 2021. Usted puede evitarlo. Está en sus manos y para esto fue elegida por la ciudadanía y por la mayoría del Parlament. Hágalo, presidenta.
