El Obispado de Mallorca ha informado que los elementos escultóricos parecen no haber sufrido daños irreparables, según una primera inspección.
Fuentes de la diócesis reconocen que la construcción ya presentaba peligro de deslizamientos debido a una mala cimentación que se remontan a su construcción, problema que se había ido agravando con el paso de los años.
Así, las lluvias ininterrumpidas en Lluc esta última semana (más de 350 litros por metro cuadrado en pocos días) han llevado al colapso de todo el monumento.
El incidente se ha puesto en conocimiento del Ayuntamiento de Escorca y el Consell de Mallorca. Este viernes los técnicos inspeccionan el lugar para evaluar de forma más precisa los daños causados.
En cuanto las condiciones lo permitan, se procederá a la retirada de los elementos escultóricos para una posterior reconstrucción y consolidación del suelo.
Una semana antes del colapso se habían reiniciado las conversaciones entre Obispado, el Santuari de Lluc, Ayuntamiento y Consell para buscar vías de actuación y financiación ante los problemas de estabilidad en este punto.
"Desgraciadamente, no se ha llegado a tiempo, aunque dentro de la desgracia, los estudios realizados permitirán la reconstrucción fidedigna y la recuperación de la casi totalidad de los materiales originales", han apuntado desde el Obispado.
