La tregua en el precio de la luz y los carburantes han permitido que el IPC interanual registre un descenso del 1,4% con respecto a marzo, situándose en el 8,4%. Una bajada que podría resultar engañosa, puesto que según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el encarecimiento de los precios se ha trasladado a los alimentos y bebidas no alcohólicas.

De hecho, la inflación subyacente, aquella que no incluye ni alimentos frescos ni energía, registró un aumento de un punto durante el mes de abril, hasta colocarse en el 4,4%, la más alta de los últimos 37 años.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos valoran positivamente los últimos datos publicados, ya que según su opinión, "se trata de una rebaja significativa que rompe la tendencia alcista de los últimos meses".

"Esperamos que la inflación siga reduciéndose en los próximos meses, una vez que se ponga en marcha la medida para limitar los precios del gas, que permitirá reducir sensiblemente el precio de la electricidad", señalan las mismas fuentes oficiales.