Este martes, tras un amanecer marcado de nuevo por las brumas matinales propias de estas fechas del año, el cielo se mostrará poco nuboso y con algún intervalo de nubes altas.
El viento soplará flojo, tendiendo por la tarde a componente este y con la aparición, a partir del mediodía, de las también habituales brisas costeras.
Con todo ello, las temperaturas se mantendrán dentro de un abanico que irá desde las mínimas nocturnas sobre los 19 grados a las máximas diurnas alrededor de los 30.
El miércoles se mantendrá la misma predicción: brumas matinales, sol con algún intervalo de nubes altas, brisas costeras, vientos flojos tendiendo por la tarde a componente este y temperaturas entre los 19 de mínima y los 30 de máxima. Es decir, un miércoles calcado al martes.
El jueves, más de lo mismo por la estabilidad anticiclónica: mucho sol y nubes altas, vientos flojos, brisas costeras y mínimas nocturnas sobre los 19 grados y máximas diurnas alrededor de los 30.
El viernes una borrasca entrará por Galicia y Asturias a la Península Ibérica, pero muy lejos de Baleares.
Mientras allí lloverá y se producirá un claro descenso en los termómetros, aquí, en el Mediterráneo Occidental, la tendencia será inversa: las mínimas nocturnas ya serán plenamente tropicales, sobre los 20-21 grados, y las diurnas escalarán por encima de los 30 grados.
Como es habitual en Mallorca, y por el efecto de las brisas marítimas, mientras en las zonas costeras las máximas se mantendrán en los ya señalados 30 grados, en el interior de la isla escalarán por encima de los 33 grados. Un calor ya veraniego que en los valles del Guadiana, Guadalquivir y del Ebro serán ya de 36 a 38 grados. Calor, pues, de pleno verano.